No me llamaba mucho la atención el libro, pero me lo regalaron para mi cumpleaños y decidí leerlo.
Estoy muy feliz de haberlo leído. A diferencia de libros como las confesiones de San Agustín o el Catecismo de la Iglesia Católica, esta es una novela histórica. No tiene el mismo rigor ni estilo, pero es mucho más entretenida y te absorbe en la historia de Lucano y los eventos que lo hicieron convertirse en Lucas, el tercer evangelista.
Simplemente escribir los hechos históricos a detalle no siempre tiene el mismo poder que cuando una maestra de la narrativa y descripción como Taylor Caldwell decide infundirle su propio estilo e interpretaciones.